El dilema de Suma Cero
Si bien las soluciones ejecutadas a demanda o desde la Nube de Internet, como las de tipo SaaS, son mucho más atractivas desde el punto de vista del cliente; por otra parte, para los desarrolladores de soluciones, preocupados por su continuidad en el mercado, la eliminación del modelo de software instalado internamente y a perpetuidad, involucra afrontar el problema del flujo de fondos junto con el de la rentabilidad.
Aun si los proveedores pudieran soportar el esfuerzo de desarrollo y
mantenimiento en ejecución de una solución sólida basada en SaaS,
tendrán que indefectiblemente esperar un tiempo considerable antes
de que comiencen a percibir beneficios parecidos a aquellos a los que
estaban acostumbrados. Una vista rápida de las matemáticas nos
revela que el costo de un puesto de una solución empresarial SaaS rondaría aproximadamente los USD 200, mientras que el mismo
puesto comercializado en la forma perpetua estaría en el orden los
USD 2000. Simplemente el modelo SaaS no es comparable. Un
proveedor de software tendría que esperar al menos dos años para
acumular las mismas ganancias que genera una única venta
tradicional, "onpremise". En pocas palabras, la mayoría de los proveedores e
integradores de sistemas no pueden soltar su base de clientes de
software tradicional, la que representa una tajada irrenunciable de
sus beneficios. Es también importante recordar que la mayoría de las
ofertas SaaS son de de "talle única", de forma que la posibilidad de
personalizar necesidades específicas de la industria o el negocio, o
agregar extras, tiene fuertes limitaciones. Además, no todas las
empresas se sienten cómodas con el concepto de depender de un
proveedor para asegurar la funcionalidad, consistencia de servicio y
seguridad de sus aplicaciones. Es así que, al menos desde algunas
perspectivas, el modelo de licenciamiento a perpetuidad basado en la
instalación en la localización elegida por el cliente, se mantiene como
una opción atractiva. En definitiva los desarrolladores de software y
sus clientes recelan de la Nube, dadas las tantas y
legítimas preocupaciones como las mencionadas exiguas ganancias
en el corto plazo, la falta de personalización y de seguridad; aún a
pesar de las obvias ventajas de costo y flexibilidad de Cloud y SaaS.
Podemos decir entonces que tanto empresas, proveedores de
software, como integradores de sistemas están ubicados en un
dilema de suma cero; comprenden las ventajas de Cloud y quieren
aprovecharlas, pero al mismo tiempo no quieren deshacerse
completamente de su modelo Cliente / Servidor "on-premise" que les
brinda un buen negocio y mantiene una base de clientes bien
establecida.